DÍA MUNDIAL DE LA TARTAMUDEZ
El día 22 de octubre se celebra el «Día Mundial de la Tartamudez», y con motivo de este acto, voy a daros alguna pincelada sobre este trastorno, ya que afecta a muchas personas de nuestro entorno y así podemos conocerlo un poquito más.
La disfemia o tartamudez es un trastorno en la fluidez del habla, caracterizado por repeticiones o bloqueos espasmódicos que afectan al ritmo del lenguaje y a la melodía del discurso, por lo tanto a la comunicación oral.
Pese a numerosas investigaciones realizadas en este campo, aun no se conocen con exactitud las causas de su aparición, y se barajan las siguientes:
- Herencia.
- Sexo.
- Trastornos de la lateralización.
- Trastornos neurológicos.
- Trastornos en la estructuraciçon temporal-espacial.
- Alteraciones lingüísticas.
- Alteraciones psicológicas.
Según el DSM-IV pueden aparecer uno o varios de los siguientes fenómenos:
- Repeticiones de sonidos y sílabas.
- Prolongaciones de sonidos.
- Interjecciones.
- Palabras fragmentadas por pausas.
- Bloqueos audibles o silenciosos.
- Circunloquios para sustituir palabras problemáticas.
- Palabras producidas por un exceso de tensión física
- Repeticiones de palabras monosilábicas.
Si se observan con frecuencia, algunas de estas características de habla en algún niño de nuestro alrededor, es importante acudir al Logopeda, a que le haga una valoración de su estilo de comunicación y habla y valore la necesidad de intervención.
¿Sabemos cómo debemos comportarnos ante una persona que tartamudea? ¿Qué es lo más correcto? Voy a dejaros unos consejos y recomendaciones muy útiles:
- Debe existir una actitud positiva y/o de indiferencia ante las disfluencias, esto da seguridad ante una conversación.
- No mostrar sorpresa, incomodidad o preocupación por su habla.
- No forzar a hablar a una persona que presenta bloqueos.
- Déjale terminar y que emplee el tiempo que necesite.
- No hables por él/ella.
- No termines su frases y/o palabras.
- No meterle prisa.
- Respetar su turno de habla.
- Aceptar respuestas breves y de pocas palabras, para facilitar su intervención.
- Disminuir tu propio ritmo de habla, para que el momento de la comunicación sea más lento y favoreciendo las pausas.
- Nunca imitar su forma de hablar ni burlarte de ellos, por mucha confianza que haya en la relación.
- Incidir en el contacto visual, evitando una mirada continúa a la zona oral.
- Cuidar los posibles gestos como de «ayuda» durante los bloqueos.
Bibliografía:
– Gordo Serrano, Ana Mª.»Programa Familiar en el Tratamiento de las Disfemias».
– Monge,R. (2000).»Las Disfemias en la práctica clínica». Ed: ISEP intervención.